Que vuelva pronto su incienso y sus nazarenos de caramelo, que el caramelo de los ojos de los Cristos doloridos, reparta redención de nuevo por las calles de Sevilla.
Que vuelva pronto ese tiempo en el que el tiempo se para, en el que para soñar despierto no hace falta ser un niño.
Que vuelvan pronto las flores, los cirios y los palios, guardabrisas y faldones, respiraderos y canastos, costales y costaleros, capataces y llamadores. Que vuelva pronto la fiesta, los tambores y trompetas, las tubas y platillos, las bullas y las sillas.
Que vuelva pronto, que pasen pronto estos meses y vivamos lo soñado como nunca lo hemos vivido.
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