Pues como aquél que dice todo el año esperando y ya está casi pasado. Hablando siempre desde el punto de vista de mi experiencia personal, ahora miro hacia atrás y parece que fue antes de ayer cuando empezó la época de ensayos, aquel frío 26 de enero. Y precísamente como siguiendo una estructura en "ring composition" ya sólo me queda acabar el próximo 26 de marzo, dos meses justo después del inicio.
Se avecinan días intensos de septenarios y conciertos, paulatinamente los pasos van tomando posiciones y forma en las iglesias y capillas cuando a penas restan un par de curvas para arribar a la meta. La de éste domingo con las imprescindibles mudás de Santa Marta y el misterio de la hermandad de la Amargura, y la del domingo próximo con el pregón y los templos vistiendo sus mejores galas para la víspera. Y ya lo dijo Barbeito: Quedémonos con las vísperas porque quizá sea más bello esperar y recordar, que es para siempre, que vivir de manera efímera esos momentos que sin tiempo para
saborearlos se suceden atropellados unos con otros.
Quedan escasas dos semanas para el domingo de ramos.
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