Curiosamente desde que se reabrió la iglesia del Salvador no había podido disfrutar del transitar de ninguna cofradía por su plaza. Tuvo que ser éste viernes santo y, además, una hermandad que por avatares de la lluvia tuvo que acortar su recorrido de ida para poder ceñirse lo más posible a su horario. Es sin duda un marco incomparable.
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