domingo, 20 de junio de 2010

¿A dónde vamos a llegar?




Es la pregunta que me he hecho esta noche cuando sobre las once de la misma me he enterado de que un individuo al término de la misa de las ocho y media no ha tenido otra ocurrencia que arremeter contra la Santísima imágen del Señor del Gran Poder al grito de "el hijo de Dios soy yo" y agredirlo a base de patadas hasta lograr arrancarle un brazo.

Y digo yo ¿A dónde vamos a llegar?, en éste país de tolerancia y talante. ¿A dónde vamos a llegar? vuelvo a preguntarme. Ahora se comenta que es una persona psicológicamente inestable, vaya por Dios que a todos los locos les da por lo mismo. Pero repito, a dónde vamos a llegar.

Es cuestión de plantearse ya lo de la otra mejilla, tema que tan recurrentemente aflora en casos como éste, olvidarse de que el Señor lo pondrá en su sitio, que lo pondrá, porque Él todo lo puede. Es cuestión de pararse unos segundos a pensar que son pequeñas cosas que van minando la moral de quienen profesamos unas creencias y una fé, más o menos cercana a la iglesia.

Sin ir más lejos ésta misma cuaresma la cuadrilla de los Javieres tuvo que soportar gritos bastante groseros sobre distintas imágenes de gran devoción, lo cual sumado a las famosas carreras de la Madrugá de marras y a acciones como la de ésta tarde no hacen más que confirmar que se está disvirtuando nuestra sociedad. Y no me quedo ahí, me vienen a la cabeza detalles como el Señor Rovira fotografiándose con una corona de espinas en sus sienes (bien se la podrían haber apretado bien apretadita) o pintadas en las iglesias o hace algunos años el atentado que sufrió la imágen del Cristo de los Faroles, que para quien no lo sepa es un crucificado de piedra que preside una de las plazas más simples y a la vez más hermosas que conozco, al que le fueron pintados los ojos y la boca con spray negros y se le serigrafió bajo los piés el símbolo del anticristo.



No me vale que el individuo en cuestión tiene problemas psiquicos, porque para escuchar la misa entera y rumiar el ataque durante la eucaristia a sangre fría y dirigirse contra la imágen sí que tuvo su puntito de cordura.

Espero que no vuelvan a repetirse este tipo de desagradables desdichas, pero no puedo evitar pensar que si ésto a pasado en una basilica cuyas medidas de seguridad son de las más altas e innovadoras, qué no puede ocurrir en iglesias y capillas menos concurridas y más humildes en las que la seguridad se reduce a un cordón de seda pendido entre dos bancos.

4 comentarios:

TinoHispalensis dijo...

¿Tanta importancia tiene?

Vivimos en un estado libre y laico por lo que creo que sois vosotros, muchos blogs y muchos periodistas los que estais haciendo un mundo de un pequeño suceso.
Fue un desequilibrado,un enfermo al que habrá que ayudar y punto en boca.

Saludos.

Botines dijo...

De punto en boca nada, tu lo has dicho, libre, yo dire lo que me plazca sobre lo que me moleste, porque donde empieza la libertad de unos acaba la de otros. Tremenda paradoja que sean los librepensadores los que coharten las libertades de los más "cerrados". Todavía no he visto a ningún cofrade meterle fuego a una mezquita ni sinagoga, convivimos en paz y bien como hace muchos siglos ya se hacia en Al-Andalus, pero creo que el Gran Poder representa para muchos, y para mi el primero, mucho más de lo que puede aparentar para quien no profese esta fe, y eso, guste o no, hay que respetarlo.

P.D. Nadie te obliga a visitar estos blogs y a escuchar a estos periodistas que hacen y hacemos un mundo de esto.

Jose dijo...

Ya Botines, pero tu tampoco puedes hacer afirmaciones tan categóricas sobre la enfermedad mental, como esa que dices de que si tuvo cordura para esperar..ahí se ve que hablas sin saber, una persona con este tipo de enfermedad elabora un delírio y maquina un plan para atacar al objeto protagonista de su psicosis, ya que el se siente atacado, eso lo harías tu y yo, todo esto es un proceso complejo y largo de entender, pero ten en cuenta que una persona con esquizofrenia o simplemente con un brote psicótico aislado, no pierde su inteligencia, pierde el juicio, es decir no calibra bien que esta bien o que esta mal o la repercusión de lo que haga, todo eso se lo produce una enfermedad, ni deseada, ni buscada por estas personas.

Botines dijo...

Y por eso se alega que lo que verdaderamente buscaba era una paga de por vida para no doblarla en lo que le queda. Hay mucho oscurantismo en este tipo de casos.