Jesús en cuentra a las mujeres de Jerusalen
"Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que lloraban y se lamentaban por Él. Jesús, volviendose a ellas, les dijo: Hijas de Jerusalen, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos, porque he aquí que vienen días en que se dirá: dichosas las estériles y los vientres que no engendraron y los pechos que no amamantaron." (Lucas 23, 27-29)
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