miércoles, 7 de marzo de 2012

Hoy el cuerpo me pidió verte



Hoy el cuerpo me pidió verte, supongo que donde hubo algo queda un poso. Es cierto, hoy el cuerpo me pidió verte, quizá ya no te acuerdes de mí, yo a penas te reconocí cuando llegué a tu encuentro. Imagino que lo mismo te pasaría a tí. Sin embargo el cuerpo me pidió verte, por esos años mágicos en que compartimos domingos de ramos, mañanas soleadas, lluviosas, grises y amenazantes. Por esos años en que de hebreo pasé a nazareno, de nazareno a diputado y de diputado a costalero, a Tu costalero. Por eso el cuerpo hoy, me pidió verte. Y te hallé rodeado de personas, entre flores multicolores, por unas calles por las que me costó reconocerte, pero tus ojos no me engañaron, eras Tú, y ahí estabas como siempre, quizá siempre velando por mí y por los míos, quizá siempre en la sombra de mi recuerdo.

Hoy el cuerpo me pidió verte, aunque este domingo de ramos, como hace ya varios, te lleve sobre mí cargando una cruz pero en el fondo siempre estarás Tú.

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