Allá por San Marcos que Mujer más sevillana es la Madre de Dios. Cuanta pena en el rostro de una Mujer, que se nos aparenta en edad madura y con el rostro acongojado por los siete dolores que atraviesan su corazón; por ser Madre de Jesús, al que acuna ya sin vida. No puede haber más realismo en su mirar ni en las facciones que representan la verdad de su edad. Y que triste está. Tan triste que un año, ya de vuelta con el cuerpo cansado por la labor de ayudarla a portar el peso de su Bendito Fruto inerte, me hizo imaginar que me miraba llorando y me hablaba. En la intima oscuridad de una calle sevillana, con la dolorosa locura de haber perdido lo que más amaba, pero con leve y temblorosa sonrisa, María me decía…
Que no está muerto, que no...
Que sólo está dormido.
Y reposa su cabeza en mi mano,
y en mi regazo tendido.
Que no está muerto, que no...
que sólo está dormido.
Y cada Sábado Santo
vienen mis costaleros
y me dicen al oído...
Que no está muerto,
Señora...que no,
que sólo está dormido.
Y venimos a portar su Cruz
sobre nuestro cuello herido.
“Pa” que cristo no despierte,
“Pa” que siga en tu regazo tendido,
“Pa” que lo acunes con mimo
y pasees, por Sevilla,
al mejor de los nacidos.
Porque no está muerto,
que no madre mía...
que sólo está dormido.
Que no está muerto, que no...
Que sólo está dormido.
Y reposa su cabeza en mi mano,
y en mi regazo tendido.
Que no está muerto, que no...
que sólo está dormido.
Y cada Sábado Santo
vienen mis costaleros
y me dicen al oído...
Que no está muerto,
Señora...que no,
que sólo está dormido.
Y venimos a portar su Cruz
sobre nuestro cuello herido.
“Pa” que cristo no despierte,
“Pa” que siga en tu regazo tendido,
“Pa” que lo acunes con mimo
y pasees, por Sevilla,
al mejor de los nacidos.
Porque no está muerto,
que no madre mía...
que sólo está dormido.
Texto de Emilio Casado Sánchez perteneciente a su trabajo poético "Desde mis sentidos, poesías de un costalero a la semana santa de Sevilla"
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