miércoles, 21 de octubre de 2009

La cuesta del Bacalao






Tarde de Jueves Santo. Después de dos años de lluvia y amargura en la tarde de tan señalado día para la semana santa la mañana amaneció expléndida, radiante, azul, brillante. El día soñado. Hacía incluso algo de calor.

La Cuesta del Bacalao es un lugar impresionante e imprescindible de cada día, pase lo que pase por allí es impresionante verlo por aquel enclave vigilado constantemente por la hierática Giralda.

Aquella tarde hubo un paso grande, con un misterio enorme y una cuadrilla generosa en esfuerzo y arte que pasó triunfalmente por aquellos adoquines a los sones del SôL y bajo los rayos del sol. Me quedo sin palabras para narrar aquello.



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