lunes, 28 de diciembre de 2009

Día de los inocentes

El por qué del día de los inocentes

Normalmente un día como hoy amanecerá con noticias disparatadas en las portadas de los diarios, con cabeceras de las radios dando bombazos informativos inesperados y con los telediarios abriendo su información con la caida de alguna antena de difusión autonómica o algún fichaje imposible a modo de broma.

También es día de matasuegras, de gafas con ojos saltones, de cigarros que explotan, de dedos de goma con mercromina y de mil artimañas y tretas que hacen las delicias de mayores y pequeños en plenas fiestas navideñas.

Pero por qué, por qué el día de los inocentes, pues bien parece ser que a los pocos días del nacimiento de nuestro Señor, el tetrarca Herodes, de ahí que cuando los niños nos tienen hartos alguna que otra vez invoquemos al papá del que preside el tribunal del domingo de ramos en San Juan de la Palma, mandó aniquilar a todos los niños menores de dos años que hubiesen nacido en Judea para así deshacerse del que se proclamaba como Rey de los Judíos.




Hay algo de incoherencia en las fechas ya que la Iglesia conmemora tal efemérides tal día como hoy pero al parecer el arrebato de cólera de Herodes tuvo lugar tras la visita de los magos de oriente al Mesías, por lo que debería celebrarse después del seis de enero, claro que las escrituras tampoco dejan clara la fecha exacta de los Reyes al pesebre.

En cuanto al número de muertes, en los evangelios se habla de entre tres mil y quince mil pero estas cifras no hacen más que acrecentar una leyenda y dar mayor fama de sanguinaria a una historia que no fue tal, ya que según un censo realizado por Quirino, en aquella época en Belén no había más de ochocientos habitantes por lo que cada año no habría más de veinte nacimientos de los cuales la mitad, debido a la alta cifra de mortandad infantil, morían casi por norma general, de manera que la cifra real estaría en torno a los veinte asesinatos.

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