Barrio de contrastes. De ruán y de cola, de esparto y cingulo. De cornetas y tambores, de racheo mudo. Barrio de tránsito y de parada, de capillas humildes y suntuosos templos. De adoquines y de grava, de sillas de enea y de dichosas sillitas. Pero sobre todo, de mañana y tarde, de madrugá y mañana, de incienso y cera, de bambalinas bordadas y guardabrisas salpicados, de Jesús y de María.
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