Destacaron sobremanera las historiadas vestiduras del misterio de la hermandad del Cerro realizadas tras un exhaustivo estudio buceando en las escrituras y en la historia romana, reconstruyendo a la perfección cómo se ataviaban los legionarios del siglo I en Judea.
Fueron realizadas por el imaginero Juan Manuel Miñarro, Manuel Mazuecos García, el taller de orfebrería de los hermanos Delgado y Antonio Jesús del Castillo ha realziado parte de la indumentaria del centurión.
Entre las principales novedades de estas nuevas indumentarias se encuentran las que se pueden contemplar viendo la imagen del centurión. Así, recupera la capa que llevó durante los primeros Martes Santo, aunque, en esta ocasión, ha sido realizada en terciopelo azul para subrayar su condición de jefe del cuaternion, encargándose de su confección Natividad García López. El mismo color azul está presente en las medias de la imagen, rompiendo así el rojizo predominante en la escena. Luce además un pectoral anatómico de cuero blanco con flecos dorados en las tiras de la falda y las hombreras, una cota de malla y las insignias propias de su rango y de su filiación militar, en este caso, un águila imperial y un león.
Por su parte, los dos soldados romanos de la trasera del paso, en su condición de milites o legionarios de a pie muestran corazas lóricas segmentadas, confeccionadas con escamas metálicas para permitir así el movimiento en la lucha, cascos galicus y correajes, en los que predomina el color rojo como símbolo del dios Marte. En cuanto al armamento, y al igual que ocurriera ya con el Tinieblas el pasado año, ha sido realizado por una empresa catalana especializada en la reproducción de armas de época: la espada o gladius que cuelga de la tahalí y el puñal o pugio que lo hace del cíngulo. Por otro lado, la conservación anacrónica de los penachos de plumas blancas de ambos y del cepillo de plumas rojas del centurión, estrenados ya en 2008, será la única concesión a la tradición cofrade sevillana.
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