Llegó el miércoles santo, la hermandad del Carmen Doloroso puso en las calles de Sevilla su bien más preciado, la piedra angular sobre la que se fundó la hermandad, la Virgen del Carmen Doloroso traspasó por cuarta vez en su historia las puertas de Omnium Sanctorum.
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El palio únicamente contemplaba la bambalina frontal, el resto procesionó liso hasta completar el proyecto diseñado por Francisco Reyes Villadiego, autor de las imágenes del misterio. Los bordados corrieron a cargo de Manuel Solano.
El soporte del palio es terciopelo azul Prusia y está bordado en oro. La caída central está coronada por dos ángeles que sostienen el escudo carmelitano tallados por Francisco Berlanga, autor de la Virgen del Carmen.
Buena parte de la orfebrería de este nuevo paso fue adquirida a la Hermandad de los Dolores de Vélez- Málaga. Se trata de los doce varales y los respiraderos que han tenido que ser adaptados y enriquecidos por el taller de los hermanos Ramos. Además, la corporación estrena un juego de doce jarras delanteras, donadas por las hermandades del Miércoles Santo cuyos escudos aparecen labrados en cada una de las piezas.
En el entrecalle el paso de palio contó con una reproducción de cuarenta centímetros de la Esperanza de Triana, madrina de esta primera salida bajo palio de la Virgen en la Semana Santa de Sevilla. La obra fue labrada por Orfebrería Triana, de Juan Borrero, y ejecutada en plata y marfil.
La hermandad de los Javieres, con la que convive en la iglesia de Omnium Sanctorum, le ha regalado el puñal con el que procesiones. Además, la corporación ha sido objeto de numerosas cesiones para esta primera salida como los antiguos faroles de la Hiniesta, la antigua candelería de los Javieres o una toca de la Esperanza de Triana para enmarcar el rostro de la dolorosa.
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