No estuvo exenta de debates polémicos la pasada cuaresma, por un lado el afán de la hermandad de San Buenaventura de sacar a su crucificado se vio zanjado por la orden que regenta el convento en que residen y del que toman su nombre así como por los franciscanos del Santo Angel que fueron consultados sobre la idea de realizar la estación de penitencia con los dos pasos desde la iglesia de la calle Rioja. No quedó ahí la cosa, sino que llegó a hablarse inclusive de sacar al Señor de la Salvación a modo de via crucis en el cortejo del viernes santo, lo cual recibió la negativa de todos los estamentos.
Pero la palma de la polémica se la llevó una vez más la hermandad de la Resurrección, que volvió a intentar cambiar su día de salida para engrosar la nómina del sábado santo, una vez más la negativa fue la respuesta y hubo de procesionar por las calles solitarias de la madrugada del sábado santo hasta que el alba despertó al sol para saludar al Resucitado allá por la Alfalfa.
Y cómo no las dichosas catenarias, a pocos días de la celebración más importante y multitudinaria de fe que pueda verse en la ciudad se anuncia desde el consistorio que las catenarias de la avenida no serán retiradas por el gasto que esto supone, fueron necesarias más de una reunión de todos los estamentos para llegar a un acuerdo ya que la elevación que se hicieron no satisfacía a alguna que otra hermandad cuyo crucificado iba a tener que pasar desde la plaza de San Francisco hasta la Catedral con los pies de su titular hundidos en el Calvario, vease Siete Palabras, Aguas o Estudiantes.
El caso es que al final, como con el alumbrado navideño de las calles más centricas de la ciudad, se tomó la decisión adecuada de retractarse y ceder a las presiones en pro del explendor de la fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario