Como todos los objetos de aquella época, como tódos los fetiches que se dicen perduraron per secula seculorum a generaciones y generaciones de cazatesoros infatigables y coleccionistas caprichosos, la lanza con la que Longinus atravesó el costado del Señor guarda una historia de perdurabilidad bañada de misterio y a caballo entre la leyenda y la realidad.
hacia el siglo XII, la lanza de Longinus, junto con la sagrada copa, fueron relacionadas por diversos escritores del medievo con el rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda. Pero también existía otra leyenda al tiempo de la del rey Arturo, que mencionaba la perduración de la lanza de Longinus a lo largo de la historia pasando de mano en mano.
Éstas y otras leyendas nos dejan en la actualidad con cuatro posibles lanzas santas.
Una de ellas, como no podía ser de otra manera, está en posesión del Vaticano; la segunda tuvo su destino en París, a donde se cuenta que fue llevada en el s. XIII por San Luis; la tercera se encuentra en Polonia, más concretamente en Cracovia, y fue hallada en el s. X en Antioquía; Por último la lanza de los Habsburgo que estuvo en posesión de Carlo Magno durante el siglo IX y de Henrich el Cazador después. No fueron las únicas manos que sostuvieron esta reliquia, se comenta que estuvo en posesión de cinco monarcas sajones, sus sucesores los Hohenstauffen de Suabia (entre ellos Barbaroja) y finalmente fue adquirida por Adolf Hitler. Hoy día, la lanza de los Habsburgo, tras concluir la Segunda Guerra Mundial y ser encontrada el 30 de abril de 1945, reside en los Estados Unidos de América. El motivo es sencillo: la encontraron ellos y la tomaron en nombre de su gobierno.
Tiene asi mismo varias denominaciones tales como la lanza del destino, la lanza sagrada, la lanza de Cristo, y, la que da nombre a esta entrada, la lanza de Longinus.
Una de las historias que circundan de misticismo a éste objeto es el poder misterioso que posee y que le sería transferido a quien la poseyera para su uso en favor del bien o del mal.
Uno de los personajes que mas fascinacion tenia por la lanza era Hitler, que hizo lo imposible para conseguirla y lo hizo, no podemos afirmar que la lanza ayudo a Hitler a conseguir sus objetivos, pero es indudable que la tenia y sabia mucho acerca de la historia de esta.
Según dicen, los anteriores dueños de la lanza como Carlomagno o Barbarroja tuvieron un fin similar al separarse de ella, parece como una maldición, cuando el dueño se separa de la lanza, este muere.
No se si Hitler sabia esto, pero cuando las tropas estadounidenses estaban derrotando, guardo la lanza y otros objetos en bóveda construida especialmente para ese fin, pero por azares del destino cuando las tropas Estadounidenses llegaron a ese lugar y derrotaron a las tropas de Hitler, un proyectil abrió un hueco de la bóveda y los soldados de dieron cuenta de esta, reclamando para estados unidos la lanza.
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