Claudia Prócula (I)
Procesiona en Sevilla en primer lugar sobre el paso de misterio de la hermandad de San Benito, integrándose perfectamente en el conjunto escultórico que, una vez más, Castillo Lastrucci compuso para Sevilla. Casi una escena teatral comprimida en a penas seis metros cuadrados, en el que contrastan el hieratismo de los centuriones romanos con la expresión tensa y preocupada de Claudia.
Procesiona en Sevilla en primer lugar sobre el paso de misterio de la hermandad de San Benito, integrándose perfectamente en el conjunto escultórico que, una vez más, Castillo Lastrucci compuso para Sevilla. Casi una escena teatral comprimida en a penas seis metros cuadrados, en el que contrastan el hieratismo de los centuriones romanos con la expresión tensa y preocupada de Claudia.
Era, según la tradición, la esposa de Poncio Pilato. Aunque el Nuevo Testamento no la menciona, su nombre nos ha llegado merced a otras tradiciones alternas a la cristiana que la nombraron como Santa Prócula, Procla, Prokla, Perpétua o Claudia Prócula.
Sólo es mencionada por Mateo, que narra el pasaje en el que la esposa de Pilato envía un mensaje a su marido diciéndole que no se mezclase en la causa de Jesús, pues había tenido, por su causa, un sueño que la había hecho sufrir mucho.
Es decir y, como dice el chiste, Claudia Prócula es aquella mujer que estuvo a punto de dejarnos sin semana santa.
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