El conjunto escultórico costodia la tumba del genial tallista en el interior de la iglesia de San Julián. Terminado por su autor en el año 1948 el Cristo yacente en las manos de su madre guarda los rasgos faciales generales de los de Castillo teniendo una similitud importante con el de la hermandad de la Bofetá y el de la Redención.
La Vírgen cubierta por un manto tallado se distancia tal vez un poco más de la línea expresiva que mantiene el autor en otras tallas emblemáticas de su obra como la misma Virgen de la Hiniesta o la del Dulce Nombre.
Merece la pena escaparse por las inmediaciones de San Julián y adentrarse en esta iglesia cercana a la muralla para disfrutar de primera mano de éste gran conjunto que Castillo legó a Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario